En una etapa muy joven de su vida, cuatro miembros del equipo representativo de baloncesto de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) gozaron de una imborrable participación en la Séptima Copa Mundial Universitaria de Basquetbol 3×3 FISU 2023, cuyo evento fue celebrado en la península arábiga, específicamente en Doha, Catar, la metrópoli del desierto, donde quedaron ubicados en el octavo lugar de la clasificación final.
El cuarteto fronterizo, que estuvo bajo las riendas del destacado estratega Ángel Alfredo “Pompis” González Chávez, estuvo conformado por Juan José Flores Mendoza (7); Alan Adrián Castrejón Heredia (14) y Sergio Armando León Inzunza (16), estudiantes del Programa de Entrenamiento Deportivo del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB); y Jessy David Muñoz Cano (15), alumno de la Maestría en Administración de Empresas del Instituto de Ciencias Sociales y Administración (ICSA).
Tras haber sido la primera experiencia extranjera, Jessy David relata que “fue una vivencia única en un país muy desconocido para el equipo”.
“Un clima diferente, nada extremoso como el de Ciudad Juárez, pero yo creo que lo que más nos afectó fue la zona horaria que maneja el país, pues tuvimos dificultades en nuestro periodo de reposo, debido a que son nueve horas de diferencia entre México y Catar”, enfatizó Muñoz Cano.
Agregó que, previo al macroevento, se dieron a la tarea de investigar la cultura, “qué se podía usar, qué no se podía hacer. Entonces nosotros nos pusimos de acuerdo en qué llevar, y algo que vimos es que no se permitía estar muy descubierto”.
Mientras que a la hora de comunicarse se les complicó, “ya que los cataríes hablan muy rápido y a veces no se les entendía el inglés. Entonces batallamos un poco con eso, nos tenían que repetir dos o tres veces las cosas y luego ya comunicarnos con ellos”.
Todos los vuelos del territorio nacional hacia Catar cuentan con escalas. Actualmente, no hay aerolíneas que ofrezcan viajes directos y por tal razón el trayecto tiene una duración aproximada de hasta 26 horas.
Por su parte, Sergio Armando (# 16) resume que para arribar al país liderado por la familia Al Thani antes del 10 de noviembre, tuvieron que partir de Juárez “el 7 de noviembre hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM)”, en el que posteriormente aguardaron ocho horas más para realizar su siguiente trayecto de siete horas a la ciudad de Madrid, España.
Ya en España, el viaje de los universitarios fue aplazado por otras siete horas para lograr llegar a su destino final.
“Junto al equipo de la Universidad Vytautas Magnus, de Lituania, nos recibió un delegado de la Federación Internacional del Deporte Universitario (FISU, por sus siglas en inglés), quien fue el encargado de transportarnos y hacer nuestro registro en el hotel donde nos hospedaríamos, más o menos a media hora del Complejo Deportivo de la Universidad de Catar”, señala Jessy David.
Además, la tribu universitaria tuvo el tiempo de interactuar con el maestro José Guillermo Ordorica Robles, embajador de México en Catar, así como con sus homólogas y campeonas del Mundial FISU 3×3, rama femenil, las Borregas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Toluca.
A lo largo del certamen, ¿cuál es el nivel de juego que vieron entre México y Catar?
“Estamos parejos. A pesar de que supimos sobre la calidad socioeconómica e infraestructura avanzada con la que cuenta Catar, la verdad es que no se sintió ese nivel de diferencia, pues sabemos la garra que nos distingue a los mexicanos por estar peleando constantemente”, acentuó Alan Adrián.
“De hecho, llegamos al mismo nivel a la competencia en Catar y, a pesar de cualquier circunstancia que venga de fuera, pues el nivel mexicano está muy bien y creo que lo demostramos allí. No porque hayamos quedado en cuartos, sino que caímos como los grandes; no fuimos un rival fácil para el campeón (Universidad Vytautas Magnus, de Lituania); entonces eso nos deja satisfechos”, complementó Castrejón Heredia.
A su vez, Alan Adrián dijo que en el desarrollo del torneo “el 40 % de nuestros juegos nos quitaron una jugada denominada pick and roll, que, de hecho, nosotros no somos muy buenos para jugar las tercias, ya que era algo nuevo para nosotros. Aun así, pues, pudimos llegar”.
Para contextualizar, el pick and roll se da entre dos jugadores ofensivos, uno de los cuales tiene la posesión del balón. Al iniciarse el movimiento, el jugador sin balón se acerca y pone un bloqueo al contrincante de su compañero, para que éste intente sobrepasar con esta pantalla a su rival y lograr una ventaja.
“Los árbitros tenían un reglamento muy diferente. No nos dejaban usar nuestra arma clave. Entonces, la verdad, nos sentimos un poco deficientes al hacer eso, porque tuvimos que ajustar nuestro estilo de juego, uno contra uno, sabiendo que éramos un poco más chaparros que todos los demás jugadores y nosotros siempre tratamos de acaparar la altura y el talento que nos llevara a jugar como un equipo avanzado”, memorizó Castrejón Heredia.
Recomponen su camino y llegan a cuartos de final
El conjunto de la UACJ se ubicó en el grupo B con la Universidad de Catar y la Universidad de Sídney.
En la fase de grupos, la UACJ perdió sus dos partidos: primero, frente a la Universidad de Catar con marcador de 21-20 y después ante la Universidad de Sídney por 16-10.
Por otra parte, en octavos de final, los Indios recompusieron su camino venciendo de nueva cuenta a la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) con un marcador de 18-17; sin embargo, en cuartos de final la Universidad Vytautas Magnus, de Lituania, obtuvo su pase a la semifinal al vencer a esta casa de estudios por 21-15.
El sistema de competencia establecido permitió que, pese a las dos derrotas, los fronterizos disputaran la fase final en ronda de comodines, pues solamente los primeros lugares de cada grupo se instalarían en cuartos de final, mientras que los segundos y terceros lugares se jugarían su boleto a cuartos en cruces con equipos de otros grupos; este torneo se compone por cuatro grupos de tres equipos cada uno.
¿Cuál fue la reacción del entrenador González Chávez en el desarrollo de la justa?
“El coach ‘Pompis’ se apasionó como todos, pero logró calmar sus emociones y fue inteligente en los partidos de no intervenir, para que no nos perjudicara con alguna falta”, dice León Inzunza, campeón del Concurso de Clavadas en el Mundial FISU 3×3.
Detrás de los atletas
Alan Adrián (13 de abril de 1998) creció en la colonia Felipe Ángeles, una de las más espaciosas y antiguas de Ciudad Juárez, ubicada al norponiente de la mancha urbana, en un sector que engloba parte de la sierra que rodea a la frontera.
Entre escenarios de conflictos sociales y grandes condiciones de rezago, especialmente en lo que respecta a la infraestructura urbana, Castrejón Heredia relata que el deporte ráfaga intervino en su camino en las canchas del emblemático Parque de las Tortugas, mediante la inspiración de su padre y hermano, “quien por desgracia sufrió un accidente y él es quien me motiva”.
Para Alan, el haber surgido de un entorno de esta índole y ser mundialista “es un orgullo para mí y mi familia. La verdad es que no me avergüenzo de dónde crecí y todos mis compañeros del barrio también están orgullosos de lo que he hecho”.
Mientras que para Sergio Armando (26 de abril de 1999) su crianza se inició al suroriente de la ciudad (Las Torres). No obstante, la guerra contra el narcotráfico en 2010 obligó a su familia a mudarse al este de esta localidad, específicamente a los fraccionamientos que cercan la plaza comercial Sendero.
“Yo empecé un poco tarde, como a la edad de los 13 años. La pasión por el basquetbol inició por cuenta propia en la secundaria, de esas épocas cuando uno salía en el receso y estaban jugando las retas. En la preparatoria fue cuando me lo tomé más en serio, al momento de practicarlo, y tratar de llegar a un nivel alto, de perdida a nivel universitario”, subrayó.
En el caso de Jessy David (16 de junio de 1999), residente de los fraccionamientos que engloban Plaza Sendero Las Torres, “mi mamá fue la que a mí y a mi hermano mayor nos traía para todos lados. Ella es maestra de Educación Física, entonces ella nos llevaba a los juegos; cuando estaba de árbitro estábamos allí y de ahí nos inculcó el deporte desde la infancia”.
Él inició a ahondar en esta disciplina a los cinco años hasta culminar la secundaria. Nuevamente la retomó en la preparatoria, ya que su hermano mayor continuó su formación en el ITESM, “quería seguir sus pasos, porque también él representó a México en el primer FISU América 5×5”, en el que dejó una meta muy alta para él.
Con ello, Muñoz Cano exterioriza que también les deja un ejemplo a sus hermanos menores. “Más que todos los logros son para mi mamá, mis hermanos y, sobre todo, para mi papá, quien falleció en diciembre del año pasado. Entonces ellos me motivan inconscientemente a ser mejor; todo esto lo que he logrado con la Universidad es para él”.
Finalmente, Juan José hace hincapié a toda la comunidad universitaria en que se proponga entrenar basquetbol, “que aquí estamos para cual empujoncito que necesiten, cualquier pregunta o cualquier consejo, pues aquí estamos”.
“Porque nosotros estuvimos en la misma posición que ellos están, desde cero, y así como a nosotros se nos aliaron nuestros ex compañeros igual aquí estamos para lo que ellos necesiten”, insistió Flores Mendoza, orgulloso habitante del fraccionamiento Jardines del Lago.
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