La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) realizó la XIV edición de la Cátedra Patrimonial Internacional en Turismo “Sergio Molina”, en la que durante tres días se desarrollaron conferencias, paneles, talleres y mesas de trabajo.
En esta edición de la Cátedra participaron como coorganizadores la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la Universidad Autónoma de Guerrero y la Red Iberoamericana de Ciencia, Naturaleza y Turismo (Recinatur).
La doctora Blanca Lidia Márquez Miramontes, jefa del Departamento de Ciencias Administrativas de la UACJ, dijo en la ceremonia inaugural que la Cátedra está dedicada fundamentalmente a los alumnos, pero las más de 30 actividades que se desarrollaron durante tres días (27, 28 y 29 de abril) son también de interés para académicos, investigadores, empresarios, funcionarios y estudiosos del tema de turismo.
Señaló que la Cátedra Patrimonial de la UACJ, dedicada al maestro Sergio Molina Espinoza, es un referente nacional por la calidad de los eventos, conferencistas e instructores que han participado a lo largo de todas las ediciones.
Por su parte, la coordinadora del Programa de Turismo, la maestra Ana María Valero Quezada, dijo que el evento ha tenido una gran evolución, ya que, si en su inicio se contaba con la participación de alumnos y docentes de la UACJ, ahora la siguen diferentes públicos de todo el país, e incluso del extranjero.
En el primer día de actividades, el doctor Tomás Cuevas Contreras, profesor investigador de la UACJ y organizador de la Cátedra, se refirió a la trayectoria y legado de Sergio Molina Espinoza.
En la primera de las conferencias magistrales que se ofrecieron, Joshua Iván Muñoz Salazar, egresado de Ciencias de la Tierra de la UNAM, ofreció el tema Cielos oscuros como patrimonio natural y cultural, en el que se refirió a la contaminación lumínica y sus efectos en la salud, tanto de los humanos como de otras especies, así como a la observación astronómica.
Dijo que la iluminación artificial en las ciudades, como la de México, está excedida, gasta demasiada energía, contamina el cielo oscuro y afecta los socioecosistemas.
Agregó que cuando una iluminación artificial está excedida y mal iluminada, se provoca una falsa percepción de seguridad, y lo ilustró con un ejemplo de un intruso que se mantenía oculto gracias al deslumbramiento que provocaba una lámpara mal dirigida.
Mencionó que un efecto de la contaminación lumínica provocó que se tuviera que cambiar la sede del Observatorio Astronómico Nacional, que originalmente se ubicaba en el área de Chapultepec de la Ciudad de México, y se llevó a la sierra de San Pedro Mártir, Baja California.
Dijo también en su conferencia una anécdota. En 1994 ocurrió un sismo en Los Ángeles, California, que tuvo como consecuencia que ocurriera un apagón en esa ciudad y debido a eso, la gente de ese lugar vio en el cielo un resplandor que le atemorizó, pues pensaba que se trataba de una invasión extraterrestre, pero la realidad era que, por primera vez, las personas veían la majestuosidad de la Vía Láctea.
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