En su decimoprimera edición
Repensar y dirigir la práctica y la investigación en Arquitectura hacia la búsqueda de mejores condiciones de habitabilidad, como lo propuso el doctor Carlos González Lobo, fue el objetivo principal de la Cátedra Patrimonial en Arquitectura establecida en su honor hace 11 años en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ). En esta decimoprimera edición, realizada el 9 y 10 de noviembre, se desarrollaron tres conferencias magistrales donde se abordaron ampliamente los sistemas constructivos de González Lobo, fundador de un sistema de bóvedas y a quien se le considera el constructor de la “Ciudad Posible en América Latina”.
Precisamente, el cierre de estas ponencias estuvo a cargo del doctor José María López Medina, quien desde Sevilla, España, expuso de manera virtual el trabajo que como recién egresado de la carrera de Arquitectura desarrolló al lado de González Lobo en La Dalia, municipio del departamento de Matagalpa en la República de Nicaragua.
Sobre este proyecto de viviendas realizadas para la comunidad nicaragüense afectada por un huracán en 1998, el conferencista español expuso la construcción de un techo arqueado en el suelo, y sin peligro, para luego montarlo por la misma comunidad, idea original de González Lobo, identificada como Bóveda de ladrillo armado.
Hoy en día, López Medina, quien fuera discípulo de González Lobo, es especialista en Planeamiento Urbanístico y Territorial, pues en 2017 obtuvo el Premio Internacional de Dubái-ONU Hábitat a las Mejores Prácticas para mejorar el entorno de vida.
También habló sobre la obra del catedrático y de su viuda, la doctora María Eugenia Hurtado Azpeitia, jefa del Taller de Proyectos del Grupo Técnico Solidario Espacio Máximo y Costo Mínimo, A. C., en donde al lado de González Lobo realizaron proyectos donde obtuvieron diferentes reconocimientos y la invitación para llevar a cabo un trabajo de autoconstrucción de 3 mil casitas en Sevilla, España.
En la tercera ponencia, también resaltando el sistema CGL, de dovelas tabicadas de barro armado, se tuvo como ponente al también discípulo de González Lobo, el arquitecto José Manuel Salazar Rivera.
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