La fragmentación de las organizaciones criminales en el país ha generado que se incrementen los índices de violencia por la disputa de los territorios, señaló el investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, Víctor Manuel Sánchez Valdés, durante una conferencia que ofreció a estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Dijo que en 2005 operaban en el país cinco organizaciones importantes y otras dos adicionales, y que ahora el mismo gobierno no se pone de acuerdo, mientras que algunos investigadores estiman que hay 327 organizaciones en México y otro investigador señala que solo en el estado de Guerrero pueden estar operando más de 300 grupos, que, aunque pequeños, pueden ser muy violentos.
El doctor Sánchez Valdés, catedrático de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila, fue invitado a impartir una conferencia por el Programa de Seguridad y Políticas Públicas de la UACJ, la cual fue transmitida por internet.
En la conferencia que llevó por título “Fragmentación de organizaciones criminales y sus consecuencias”, el catedrático dijo que la fragmentación de las organizaciones puede no ser relevante en otros países, pero sí en naciones como México y Colombia por los niveles de violencia que se generan.
Presentó el caso de la fragmentación del Cártel de Guadalajara, que dio origen a organizaciones como el Cártel de Sinaloa, el de Juárez y otros. También presentó el caso de la separación de los Zetas del Cártel del Golfo.
Dijo que, en los casos de las empresas legales, la competencia entre ellas es positiva, pero en los mercados ilegales la competencia entre las organizaciones es negativa por la violencia en que se dirimen sus diferencias, y un ejemplo de ello es lo que ha sucedido en ciudades como Juárez.
Indicó que en el proceso de fragmentación, se tienen más organizaciones más pequeñas que tienen una menor especialización y una cobertura territorial también menor.
Dijo que, aunque se trata de organizaciones más pequeñas, no es fácil desmantelarlas y que los niveles de violencia pueden ser mayores. Para las organizaciones pequeñas, que tienen menor cobertura territorial, perder un punto de su dominio es muy importante y, por eso, se defienden con una mayor ferocidad cuando otra organización trata de desplazarlas.
En la conferencia mostró los casos de Guanajuato, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Estado de México, Ciudad de México, en donde varias organizaciones se disputan territorios que son importantes para el narcotráfico y, como en el caso de Guanajuato, por el robo de combustibles.
Ante la pregunta de la moderadora de la conferencia, la doctora María Teresa Martínez, acerca de las opciones de política pública que se podrían aplicar para enfrentar este problema de seguridad en el país, el conferencista dijo que se requiere de una suma de políticas públicas y no una sola, ya que se trata de un problema con muchas aristas.
En México, dijo, ha faltado inteligencia para atacar este problema, ya que se debe entender que estas organizaciones son redes y no pirámides en las que si quitas la cabeza, se desmoronan las estructuras. Es necesario la captura de las principales cabezas de la organización, pegarles en el flujo de dinero, ofrecer a los cuerpos policiacos una mayor capacitación, impulsar las actividades deportivas para evitar que los jóvenes se involucren en esos grupos criminales, ofrecer más oportunidades laborales e impulsar el desarrollo de las comunidades.
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