Rumbo al manejo responsable de medicamentos en Ciudad Juárez

Expertos de la UACJ impulsan estrategias para recolección, almacenamiento y disposición de fármacos caducos, con el objetivo de reducir riesgos a la salud y al medio ambiente

La correcta gestión de fármacos caducos en Ciudad Juárez ha pasado de ser una recomendación a una necesidad urgente.  

En esta urbe fronteriza en la que, de acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) se suma un millón 592 mil 942 personas, de los cuales 797 mil 263 son hombres y 795 mil 679 son mujeres, la eliminación indebida de medicamentos caducos se ha planteado como un peligro creciente tanto para la salud pública como para la integridad del medio ambiente.  

Aunado a esto, el doctor Emmanuel Orta Zavalza; la doctora Brenda Lizbeth Estrada Capetillo; la doctora Marbella Chávez Solano; la doctora Edna Rico Escobar y el doctor José Nicolas Lauro Aldama Meza, profesores investigadores de tiempo completo, adscritos al Departamento de Ciencias Químico-Biológicas del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), desde el mes de febrero de 2024 planificaron un proyecto exhaustivo y bien estructurado dedicado a la concientización sobre la recolección, almacenamiento y disposición final de medicamentos que han excedido su fecha de caducidad.  

En entrevista para Gaceta UACJ, comparten que, con ello, su objetivo es concientizar y disminuir de manera significativa el impacto de estos productos, a través de la colaboración con instituciones de educación superior, organismos gubernamentales y de la sociedad civil para identificar y proponer áreas estratégicas para la implementación de buzones seguros destinados a la recolección de medicamentos, así como para disminuir la automedicación en la población. 

Adicionalmente, efectuando programas de capacitación dirigidos a profesionales y equipos comunitarios, centrados en mejorar la gestión de residuos farmacéuticos a nivel local. 

En 2024, profesores investigadores del ICB iniciaron un proyecto dedicado a la concientización y disposición final de medicamentos caducos/Foto: Alberto Pérez

¿Qué factores hacen de Ciudad Juárez un lugar particularmente vulnerable a este problema? 

“Una de nuestras colegas del proyecto se puso en contacto con el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos, A.C. (SINGREM), que es una organización que se dedica a la colecta y destrucción de los medicamentos, y nos mencionan que uno de los problemas que tiene Ciudad Juárez es su remota localización geográfica, y por lo tanto eso hace que sea difícil llevar toda esta logística de transporte y de resguardo de medicamentos. Además, otro sería las temperaturas extremas que puede llegar a tener la ciudad que, debido a la organización, serían las principales contrariedades para obstaculizar esta gestión”, explica Orta Zavalza, doctor en Ciencias en Biología Molecular por el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, A.C.  

El contexto y la magnitud del problema  

A nivel nacional, subraya Estrada Capetillo, doctora en Ciencias Biomédicas Básicas por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), “contamos con un atraso de 30 años con respecto al manejo, dispensación y conocimiento de los medicamentos. Esto, con respecto a los países vecinos, como en Estados Unidos, o ya sea el continente, o bien en Europa, ha provocado que exista el gran desconocimiento sobre qué podemos tomar, cuándo ya no lo podemos tomar y la forma en la que se tiene que eliminar; es un problema antiguo y no se tiene la dimensión actual del problema”. 

Contamos con un atraso de 30 años con respecto al manejo, dispensación y conocimiento de los medicamentos: Estrada Capetillo/ Foto: Alberto Pérez

Otro problema que resalta la catedrática es cómo fluye la información hacia la población y al área académica. “No hay datos reales que sean cuantitativos y accesibles para la comunidad de la investigación y menos para la población en general”.  

“El impacto real que pueden tener todos estos desechos y el uso de ellos depende mucho, pues, principalmente de las zonas económicas en donde se producen los medicamentos, por ejemplo, en la zona metropolitana de la Ciudad de México, que es la región más industrializada, en este aspecto esa información sí se conoce, es más clara, pero hacia el norte del país no”. 

La experta añade que esta situación también está asociada con el notable crecimiento demográfico en la urbe fronteriza durante los últimos 10 años y con la expansión de la industria farmacéutica y de las principales cadenas de farmacias. 

No obstante, obtuvieron avances significativos en el diagnóstico de la situación actual, después de que cumplieran 884 encuestas de población en los diferentes distritos de la ciudad y otras 657 con estudiantes del ICB, lo que les permitió identificar prácticas de disposición de medicamentos y los principales tipos de fármacos caducos utilizados en los hogares.  

“En la encuesta piloto que realizamos, más del 70 % de las personas en realidad no saben qué hacer con el medicamento que tienen, o bien, no han escuchado qué pueden hacer con él”, indica el doctor Orta Zavalza. 

Agrega que, con los datos recabados, crearon el punto en el que pudieron incidir este proyecto: “concientizar con campañas educativas que ayuden a la población, porque muchos de ellos también son conscientes de que pueden representar un riesgo medioambiental o para ellos mismos, pero en realidad no saben cómo deshacerse de ellos [los medicamentos], y entonces lo que tienden a hacer es guardarlos en casa”.  

Medición del impacto 

Según el doctor Orta Zavalza, en la primera campaña de recolección de medicamentos caducos, con participación de 58 personas, una asociación civil y médicos, se lograron colectar más de 30 kilos de medicamento. 

El doctor Orta Zavalza menciona que los medicamentos recolectados se obtiene la información: su tipo, costo y cantidad, entre otras características, para luego llevar a disposición final las cápsulas y comprimidos libres.  

Por su parte, la doctora Estrada Capetillo subraya que, “de hecho, nosotros establecimos que para este proceso de recolección únicamente recibiríamos el medicamento sólido, porque los líquidos y otras formas farmacéuticas son más difíciles de manejar por los derrames o accidentes que pueden ocasionar punciones”.  

Impacto en el medio ambiente y la salud 

¿Qué efectos ambientales tienen los medicamentos caducos cuando no se desechan adecuadamente?, se le pregunta a la doctora Estrada Capetillo: 

“El problema viene cuando es dispensado a la basura común o medio ambiente, porque tiene dos rumbos de localización: que llegue al vertedero o al relleno sanitario en la forma completa, es decir, con la caja y el blíster, y que eso lo tomen las personas que se dedican a la piratería, lo reciclen y lo revendan”.  

Menciona que si se depositan libremente en los rellenos sanitarios también pueden ser fácilmente consumidos por perros, gatos, aves y roedores. 

Al almacenarlos en casa enfatiza la especialista que la humedad y las temperaturas altas son dos causas que aceleran la degradación de los principios activos del medicamento, con lo que perderían su eficacia. 

“Los fármacos van disminuyendo su eficacia, su potencia y es bastante difícil poder establecer la cantidad o la dosis que tendría que tomarse para poder obtener el mismo efecto terapéutico, aunque sea con una aspirina. Eso lleva a la automedicación no controlada que generan daños a nivel hepáticos”.  

La intoxicación es otro de los efectos que pueden provocar los medicamentos caducos en la salud de quienes los consuman. 

El doctor Orta Zavalza desglosa que otro lugar en donde podrían terminar este tipo de fármacos son los que fueron disueltos en los cuerpos de agua y podrían causar otros problemas, un ejemplo es la resistencia antimicrobiana (RAM), determinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “el fenómeno que se produce cuando los microorganismos, como bacterias, hongos, virus y parásitos, que se vuelven resistentes a los medicamentos que se utilizan para tratarlos”.  

En México, como en el resto del mundo, seis patógenos causan “el 73 % de los fallecimientos asociados a resistencia antimicrobiana”, así lo detallaron especialistas de la Red del Plan Universitario para el Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes de 2017 a 2023 analizaron más de 41 mil muestras de bacterias resistentes a antibióticos.  

Daños económicos 

Con analgésicos, antihistamínicos y antibióticos, generaron los datos iniciales sobre los medicamentos más descartados y su costo estimado, el cual asciende a $184,958.4 de pesos (MXN). “Esto constituye la mitad de lo que hemos recabado, porque en realidad tenemos medicamentos que no tienen precio debido a que son del sector público que nos falta procesar y otras muestras gratuitas que no se pueden vender”, subraya el doctor Orta Zavalza.  

También, añade que cuando se ha clasificado el medicamento por acción terapéutica, “la primera categoría es reumatología y traumatología, seguido por endocrinología y cardiología, antihipertensivos, gastroenterología y neurología”.  

¿Qué es lo que más consume la población? 

“La mayoría de la población juarense consume o está medicada con metformina o cualquier hipoglucemiante para el control de la diabetes y fármacos para el tratamiento de la tensión arterial. Sin embargo, también observamos que ese mismo grupo de población es la que también desecha el medicamento, entonces eso nos da una idea del apego farmacológico o el apego al tratamiento”, menciona Estrada Capetillo.  

En México, la atención sanitaria es de contención: una vez que se establece una enfermedad se busca contener el padecimiento. Por desgracia, “estamos desbordados en ese control de padecimientos y se generan enfermedades que tienen muchos efectos secundarios, que son difíciles de tratar y que disminuyen significativamente la calidad de vida de un paciente”, señala Estrada Capetillo. 

A lo largo del desarrollo de esta investigación, los profesores han reflexionado que la mayoría de los pacientes que reciben el tratamiento para la diabetes, “no se lo toman correctamente y lo desechan; es el medicamento que están dejando y que está caducado. Entonces da una idea que de no hay un buen control de los padecimientos que tienen el mayor gasto en el servicio sanitario, porque es el más frecuente en la población”.  

¿Cuál es la impresión de las autoridades ante esta situación? 

“Nosotros hemos tenido un acercamiento con la Jurisdicción Sanitaria II en Ciudad Juárez, con la Dirección de Salud Municipal y la Dirección de Ecología, y se han mostrado muy abiertos en atajar este problema. Entonces consideramos que, además de generar la información que estas instancias requieren para dimensionar el problema, necesitamos la acción de todos estos actores públicos con la implementación de regulaciones más estrictas en el sentido de la comercialización de fármacos”, manifiesta Orta Zavalza.  

Entre tanto, el 20 de septiembre de 2024, la doctora Estrada Capetillo exhibió este proyecto ante representantes de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO-SERVYTUR); la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COESPRIS); la Fundación del Empresariado Chihuahuense, A.C. (FECHAC) y la Fundación Nexum Médica, con el fin de coordinar esfuerzos para la recolección y disposición segura de medicamentos caducos.  

Van sobre la evidencia  

El equipo del Proyecto de Investigación con Impacto Social (PIISO) 2024, cuyo financiamiento estuvo en manos de la Dirección General de Investigación y Transferencia Tecnológica (DGITT) de la UACJ, plasma un monto total de $200,000.00 pesos (MXN).  

Con ello, el equipo PIISO 2024 obtuvo un diagnóstico sobre la disposición actual de medicamento equivalente al 75%.  

*Indicadores de apropiación de medicamentos: 1,821 (1,481 cajas, 10 frascos y 315 botes). 

*Peso de medicamento recaudado: 31.7 kg. 

*Peso de medicamento sin empaque primario: 10.4 kg.  

*Peso de empaques primarios: 20.7 kg. 

*Costo aproximado de los medicamentos recaudados: $184,958.4 de pesos (MXN) 

Esperan que con este proyecto se sienten las bases para el manejo adecuado de los medicamentos a nivel local para minimizar los riesgos para la salud y el ambiente. Además, fortalecerá la conciencia pública y fomentará prácticas sostenibles para la comunidad.  

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