La UACJ celebró la cuadragésima segunda edición de este evento, arraigado y querido en la comunidad juarense
La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) celebró su icónica festividad de Altares y Tumbas por cuadragésima segunda vez, reuniendo a 53 mil personas en una experiencia cultural vibrante y llena de simbolismo que honra el Día de Muertos.
Este evento anual, realizado en el Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (IADA) y el Instituto de Ingeniería y Tecnología (IIT), se ha convertido en un símbolo de orgullo para la comunidad fronteriza, ofreciendo un espacio donde se rinde homenaje a aquellos que han partido, reafirmando los lazos entre los vivos y los muertos.
Las instalaciones universitarias se transformaron en un caleidoscopio de colores y aromas tradicionales, adornado con más de 12 mil flores de papel y figuras de alebrijes elaboradas por estudiantes y docentes, quienes dedicaron 720 horas de trabajo para dar vida a esta maravillosa escenografía.
Altares, tumbas y catrinas, creados con técnicas modernas y tradicionales, llenaron los espacios de un arte único que envolvió a todos en una atmósfera de respeto y celebración.
Altar tras altar, los visitantes pudieron apreciar homenajes a personajes icónicos de la cultura mexicana y mundial, recordando que la memoria de los seres queridos permanece viva.
Además de la exhibición, la UACJ ofreció una serie de presentaciones artísticas de música y danza que capturaron la esencia de esta fecha especial.
La comunidad disfrutó de una gran verbena popular, con puestos de artesanías y antojitos típicos que incluían pan de muerto, gorditas y elotes, recordando los sabores y tradiciones que hacen de este evento algo inolvidable para los asistentes de todas las edades.
El rector de la UACJ, el doctor Daniel Alberto Constandse Cortez, destacó el profundo impacto de esta tradición en la comunidad, agradeciendo a todos los participantes que hicieron posible esta edición.
La premiación de los mejores altares y catrinas cerró el evento, reafirmando el compromiso de la UACJ de mantener viva esta celebración que fortalece la identidad y el sentido de pertenencia de la comunidad fronteriza.
Así, un año más, Altares y Tumbas demostró ser mucho más que un evento cultural, es un puente entre generaciones, una fiesta para el alma y una emotiva expresión de las raíces que los habitantes de esta región orgullosamente celebran y comparten.
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