El sábado 5 de octubre, la duela del Gimnasio Universitario de la UACJ se llenó de emociones, historia y talento.
Por primera vez, los Mineros de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) jugaron un partido de exhibición en la UACJ, dejando una huella imborrable en los aficionados al baloncesto de ambos lados de la frontera.
Este evento, celebrado como parte de los festejos por el 51 aniversario de la UACJ, no solo fue un espectáculo deportivo, sino un símbolo de colaboración y amistad entre las instituciones académicas de El Paso y Ciudad Juárez.
Con centenares de espectadores en las gradas, el equipo de UTEP, dirigido por su entrenador en jefe Joe Golding, protagonizó un emocionante duelo interescuadras que terminó con un marcador de 62-52 a favor del equipo gris.
El entusiasmo se sentía en el aire, y no era para menos. Según Golding, este partido nació de la inspiración que obtuvo al presenciar un juego entre las selecciones nacionales de México y Colombia en 2022.
“No podíamos creer la atmósfera y la pasión que la multitud mostró, no solo por los jugadores, sino también por nuestro equipo”, expresó el entrenador, quien vio la oportunidad perfecta para reforzar los lazos transfronterizos a través del deporte.
Los aficionados disfrutaron de un partido intenso, donde los equipos gris y azul demostraron su destreza en la cancha.
La NCAA, que generalmente establece que los partidos de exhibición se realicen en los campus de las instituciones miembro, hizo una excepción para permitir que UTEP jugara en Ciudad Juárez y Chihuahua, un gesto que fortaleció aún más la relación entre las dos universidades.
El entrenador del equipo de baloncesto varonil de la UACJ, Ángel Alfredo González Chávez, expresó su deseo de que este encuentro sea el primero de muchos. “Esperamos poder jugar pronto un partido amistoso contra ellos, no importa que no haya aniversario de por medio”, declaró, destacando el gran atractivo que tendría para la comunidad juarense.
El partido sirvió como preparación para la temporada 2024-2025 de la NCAA, pero, sobre todo, fue un recordatorio de que el deporte tiene la capacidad de unir a las comunidades, más allá de las fronteras y las diferencias.
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