La apuesta de un estudiante por el futuro energético

Equipo de la UACJ combina pasión y rigor científico para abrir nuevas oportunidades industriales y académicas en la región de Villa Ahumada 

Héctor Montes Carreón, estudiante del 11.° semestre de Geociencias en el Instituto de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (IIT-UACJ), se embarcó en un proyecto de titulación que mezcla su interés personal por los recursos minerales con la urgencia global por encontrar fuentes sostenibles de energía. Su investigación, centrada en la prospección de litio en Villa Ahumada, Chihuahua, no solo es un logro académico, sino un ejemplo de cómo la ciencia puede beneficiar a la sociedad. 

“Mi objetivo era unir las áreas de investigación de mi carrera, que se enfoca en recursos minerales, con mi interés en el sector energético. Así nació la idea de explorar las posibilidades del litio, un elemento clave para la transición hacia energías limpias y sostenibles”, comenta Héctor. 

El proyecto involucró a expertos de distintas disciplinas, desde los geólogos Perla Rodríguez Contreras y Luis Ángel Jiménez López, quienes apoyaron en el diseño de muestreos geoquímicos, los sondeos geofísicos y el trabajo de campo, hasta el doctor José Rurik Farías Mancilla del Departamento de Física y Matemáticas, del Instituto de Ingeniería y Tecnología (IIT), quien ayudó en la determinación de la presencia de este elemento en las muestras recabadas, el análisis de materiales y los procesos aplicables para su aprovechamiento. 

También colaboraron Marcela Ramos, Bruno Aldrete y Natalia Rodríguez, compañeros de Héctor que se ofrecieron como voluntarios para el trabajo de campo.  

El doctor Farías, junto con colegas como los doctores Oswaldo Sánchez Dena, José Trinidad Elizalde Galindo y Diana María Carrillo Flores, lleva años desarrollando procesos para cerrar un ciclo completo: extracción, purificación, fabricación de baterías y reciclaje, además busca maximizar la sustentabilidad al reducir el uso de agua en los métodos de lixiviación y promover alternativas sostenibles, por lo que ven bastante prometedor sumar y apoyar el proyecto de Montes Carreón. 

“La región que elegí fue Salinas de la Unión, un antiguo salar en desuso. Elegí este sitio porque en el pasado se reportaron valores anómalos de litio, aunque estos no pudieron replicarse”. Su objetivo fue investigar si realmente existían condiciones favorables para un eventual depósito, explica Héctor. 

Durante las visitas al lugar, Héctor y su equipo identificaron que las rocas de la zona, previamente catalogadas como calizas, eran en realidad tobas riolíticas, un tipo de roca ígnea asociada a los depósitos de litio en salmuera. Este hallazgo fue un paso crucial para validar el modelo teórico planteado. 

El trabajo de campo incluyó la recolección de muestras de sedimentos, sales, agua y roca, que posteriormente fueron analizadas en el Instituto Tecnológico de Aguascalientes con técnicas avanzadas como espectrometría de masas. Héctor destaca que el litio, debido a su naturaleza ligera, no es fácil de detectar con equipos convencionales, lo que añade un desafío técnico al proceso. 

“En el modelo que propongo, si bien el litio está presente en sedimentos, lo más interesante sería extraerlo desde la salmuera subterránea, que podría contener concentraciones explotables de una manera más eficiente”, señala. 

Para Héctor, el verdadero potencial de este recurso no reside solo en su extracción. “No basta con extraer el litio; debemos procesarlo, refinarlo y convertirlo en productos finales, como baterías”. Esto no solo generaría beneficios económicos, sino que posicionaría a México en la cadena de valor global del litio, afirma. 

Según Rurik, este descubrimiento tiene un impacto no solo académico, sino también industrial y social: “El litio que Héctor ha identificado en muestras de la región, con un promedio de 80 a 165 partes por millón, es un punto de partida para desarrollar procesos de purificación, innovación en baterías y reciclaje. La universidad tiene la capacidad de ser pionera en la formación de especialistas en este campo”. 

Aunque el proyecto cumplió sus expectativas iniciales, Héctor reconoce que queda mucho por explorar.  

“Recientemente obtuvimos resultados de un muestreo más amplio y todas las muestras contienen litio”, lo cual abre la puerta a estudios más detallados que podrían confirmar el potencial de la región. 

Más allá del aspecto técnico, Héctor siente un profundo vínculo personal con el sitio elegido.  

“Villa Ahumada es un lugar que me fascinó desde la primera vez que lo visité. Su paisaje es impresionante, con enormes planicies blancas y cadenas montañosas. Combinar mi interés por este lugar con mi pasión por la ciencia ha sido una experiencia única”. 

Héctor y Rurik coinciden en que este proyecto abre nuevas oportunidades para la UACJ. “Además de entrenar a estudiantes en técnicas avanzadas de muestreo, caracterización y procesamiento de litio, la Universidad puede ser un polo de innovación en baterías de ion-litio”, afirma Rurik.  

Cuando se le pregunta qué mensaje tiene para los jóvenes, Héctor es claro: “Si tienen un interés por la ciencia, persíganlo. Es increíblemente satisfactorio materializar todo lo que aprendes y darte cuenta de que puedes generar información que beneficie a otros. La ciencia no solo te permite entender el mundo, sino también transformarlo”. 

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