Estudiantes del IADA dieron vida a los nueve niveles del inframundo mexica en la edición 43 de este tradicional evento para conmemorar el Día de Muertos
Bajo el aire fresco y la luz tenue que anuncian la llegada de noviembre, la Universidad vivió una de sus tradiciones más entrañables: la edición número 43 de Altares y Tumbas, un evento que volvió a teñir de color, misticismo y arte el Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (IADA).
El evento mantuvo un ambiente festivo y familiar durante dos días, con entrada libre, donde estudiantes, familias y visitantes de la frontera se dieron cita para celebrar la memoria y la tradición.
La experiencia no solo fue visual y espiritual; también apeló a los sentidos y a la memoria gustativa. Los pasillos se llenaron de aromas irresistibles y sabores de tradición, pues decenas de puestos de antojitos mexicanos, aguas frescas y dulces típicos acompañaron el recorrido cultural. Entre el olor a pan de muerto, el murmullo del público y el brillo del papel picado, la comunidad disfrutó de una velada completa: artística, musical y, por supuesto, gastronómica.
El Mictlán, el mítico inframundo mexica y nahua, fue la base conceptual que inspiró la edición de este año. De acuerdo con la maestra Laura Mesta Torres, coordinadora de Diseño de Interiores, la propuesta buscó que cada visitante viviera un recorrido simbólico por los nueve niveles que, según la tradición prehispánica, deben cruzar las almas para alcanzar su descanso eterno.
“La idea es que, en cada montaje, las y los asistentes transiten por una experiencia sensorial que refleje el desprendimiento del cuerpo hasta llegar a la esencia, al encuentro con la eternidad”, compartió Mesta Torres.
Así, el campus se transformó en un sendero ritual donde la comunidad universitaria fue guiada por escenarios que evocaban viento, obsidiana, montañas, aguas y seres místicos que custodian el tránsito de las almas. Todo ello gracias al talento creativo de más de 400 estudiantes de los programas de Diseño de Interiores y Diseño Interior Arquitectónico, convocados por la Academia de Diseño de Interiores.
“Este evento representa un compromiso muy grande, de superar el evento cada año; afortunadamente, los maestros y estudiantes con toda su creatividad, talento y tiempo, pues, lo logramos. Parece imposible, terminamos Altares y Tumbas de este año y siempre la pregunta es: qué irá a haber el próximo año y, bueno, los comentarios siempre son positivos. El reto es estar vigentes, ser atractivos para la comunidad. Es el evento más grande que tiene la Universidad, lo cual nos hace también sentir muy orgullosos, de poder rescatar nuestras tradiciones y el cómo logramos que esta tradición no es solamente lo que ven el día 1 y 2, sino que es todo un ejercicio que parte desde la academia”, comentó el doctor Fausto Aguirre Escárcega, director del IADA.
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